Seguridad fisica redundante

Tema 2



Seguridad pasiva:

conjunto de medidas de corrección que se implementan con el fin de minimizar la repercusión debida a un incidente de seguridad y permitir la recuperación del sistema.

Seguridad activa:

mecanismos y procedimientos que permiten prevenir y detectar riesgos para la seguridad del sistema de información.

Seguridad física:

protección de los elementos físicos de la empresa u organización, como el hardware y el lugar donde se realizan las actividades.

Seguridad lógica:

protección del software y de los sistemas operativos, es decir, la protección directa de los datos y de la información.

// La seguridad en el entorno físico:

Se entiende por entorno físico la sala, conjunto de salas o edificio en el que se encuentran los equipos informáticos, el sistema de red y los periféricos. El edificio cuenta con unas instalaciones que un técnico montador debe conocer, para verificar que cumplen las normas de seguridad y, en su caso, solicitar la reparación con el fin de evitar posibles riesgos futuros sobre el hardware, el software y la información.

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Alarma contra intrusos:


un sistema de alarma consta de:

Nódulo central:

consola electrónica que controla el funcionamiento del resto de los componentes y los coordina. Permite un retardo en el aviso de alarma para dar un tiempo de entrada y desactivación del sistema a personas autorizadas. Puede contener la consola de activación y desactivación por voz o introducción de contraseña, aunque puede ser independiente y tener asociado un mando a distancia. Si la alarma está conectada a una central de alarmas externa a la organización, el módulo enviará la señal a la central cuando se produzca una anomalía que haga sospechar de una intrusión.

Detectores:

disponen de sensores que detectan variaciones del espacio físico que abarcan. Los más modernos disponen de cámara al mismo tiempo que detecta una intrusión, registra y envía las imágenes obtenidas a la central de alarmas interna o externa. Los sensores pueden ser infrarrojos, microondas y por frecuencias de sonido. En zonas exteriores es común usar detectores con sensores de ultrasonidos.

Sistema de cableado:

si los componentes no fueran inalámbricos, aunque la mayoría de los sistemas de alarma actuales lo son.

Baterías autónomas o de emergencia:

funcionan todo el tiempo o usan los dispositivos conectados a la corriente eléctrica cuando hay un corte de fluido.

Contactos magnéticos:

se colocan en puertas y ventanas. Constan de dos piezas magnéticas que, si se separan, significa que la puerta o la ventana se ha abierto. Tras la espera de unos segundos para que la persona autorizada pueda proceder a la desconexión, saltaría la alarma.

Avisador telefónico:

dispositivo que envía una señal a uno o varios números de teléfono predeterminados mediante un mensaje de voz o una señal acústica.

Pulsadores de emergencia:

botones que se colocan en lugares resguardados de la vista de personas extrañas para activar la alarma en el caso de que se detecte la presencia de alguna persona extraña en una zona restringida.

Alarma:

dispositivo acústico que emite una fuerte señal de sirena cuando se produce una intrusión, aunque suele estar acompañado de otro dispositivo que produce señales luminosas. Si la alarma es interior, la señal luminosa sirve para alertar a personas sordas; si es exterior, para localizar el lugar donde se ha producido la alarma sonora. En exteriores, la alarma acústica y en su caso la sonora están insertadas en una carcasa protegida y poco accesible físicamente para evitar daños intencionados.

// Instalación eléctrica

Podemos ver la red eléctrica desde dos puntos de vista: la externa, que pertenece a la compañía proveedora de electricidad, y la interna, que es propiedad de la empresa. Sobre la externa poco puede hacerse en cuestión de seguridad, excepto ocultar el cableado visible en la fachada del edificio para evitar que alguna mano malintencionada corte el suministro. Sobre la parte interna, la instalación eléctrica debe contratarse con la potencia suficiente para hacer funcionar todo el sistema sin riesgo de cortes internos de suministro por exceso de consumo, estar montada con elementos homologados y cumplir con las normas españolas y europeas.
El personal es un elemento del sistema de información y es muy importante tenerlo en cuenta al establecer medidas de seguridad. La instalación de tomas de tierra protege de descargas a las personas aunque haga saltas los magneto-térmicos y los diferenciales. ¿Qué ocurre si saltan esos elementos ya sea por exceso de consumo o porque se ha producido un cortocircuito? La solución está, por un lado, en tener suficientes sectores acotados de corriente eléctrica para que un accidente afecte al menor número posible de elementos. Por otro, se pueden instalar otros dispositivos y mecanismos que sirvan como recursos provisionales hasta que la avería pueda ser subsanada, tales como grupos electrógenos y sistemas de alimentación ininterrumpida, además de una instalación de luces de emergencia.
Un grupo electrógeno es un generador de corriente eléctrica, independiente de la red eléctrica que se tiene contratada con alguna compañía. Funciona con combustible y generan la energía eléctrica necesaria para paliar las deficiencias o los cortes en situaciones determinadas.

// Temperatura

El funcionamiento idóneo de los ordenadores es a baja temperatura, y la ideal se encuentra entre 15 y 25 ºC. Los terminales están siendo usados la mayor parte del tiempo por el personal encargado de ellos, mientras que los servidores no requieren una presencia humana constante. Debe considerarse un sistema de climatización de las zonas de ordenadores que sea agradable para las personas sin poner en riesgo el buen funcionamiento de los equipos. En las salas frías de los centros de cálculo, la temperatura adecuada oscila en torno a los 22 ºC.

// Aire y humedad ambiente

La humedad relativa del aire que asegura un funcionamiento óptimo de ordenadores y servidores es del 40 al 50%. Las personas aportan humedad al aire mientras que los equipos electrónicos e informáticos no. Con este fundamento puede ser necesaria la instalación de humidificadores o deshumidificadores de aire en las zonas que lo requieran, o bien sistemas mixtos que humedezcan o sequen el aire hasta conseguir el grado de humedad relativa necesario. Las partículas de polvo son un gran enemigo de los ordenadores. Con el tiempo se incrustan en los disipadores y cubren los circuitos, tapando las vías necesarias de refrigeración, lo que hace que lo componentes se calienten y se deterioren o se fundan. Para permitir la aireación de los equipos es conveniente un sistema de ventilación natural. Un aire limpio puede conseguirse mediante purificadores de aire con filtro contra polvo y partículas. La pureza del aire se puede controlar con la instalación de detectores de gases, que detectan y miden el monóxido de carbono, el oxígeno, el metano, el sulfuro de hidrógeno y otros gases.

// Agua

Es otro de los grandes enemigos del hardware. Una inundación tendría consecuencias nefastas sobre equipos informáticos y periféricos. Los baños y salidas deben situarse a distancia de las salas que alojen hardware o contar con sistemas de desviación y absorción del agua en caso de escapes y roturas. Los elementos del hardware deben estar alejados de las ventanas y no apoyarse directamente en el suelo.

// sistemas contra incendios

Comprenden principalmente la instalación de barreras contra la propagación del fuego, la existencia de vías de evacuación de personas con la señalización correspondiente y los sistemas de extinción. Algunos de ellos son:

Barreras murales:

los muros cortafuegos separan edificios o zonas distintas de un mismo edificio. Su objetivo es impedir durante un periodo de tiempo que el incendio se propague a sus áreas colindantes, reduciendo los daños y el riesgo para las personas. En las separaciones entre edificios, se construyen a la vez que estos y van desde los cimientos hasta sobrepasar la cubierta. Las placas cortafuegos pueden adosarse a muros y pilares de hormigón o metálicos. Están construidas con materiales ignífugos, no inflamables y de gran resistencia al calor, y pueden detener el paso del fuego hasta varias horas.

Puertas y compuertas cortafuegos:

constituyen una medida pasiva indispensable en la limitación de daños por incendio, y su uso está cada día más extendido, incluso en la construcción actual de edificios destinados a viviendas. Impiden la propagación no solo del fuego a zonas colindantes, sino también de humo y gases tóxicos y deben proteger las vías de evacuación.

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