Evolución del Juego en la Primera Infancia: Fases del Desarrollo Lúdico de 0 a 4 Años

Primer Trimestre (0-3 meses): Vínculo y Comunicación Temprana

En los primeros 3 meses, el juego se centra en las miradas e interacciones con la madre o figura de apego principal. Incluye:

  • Carantoñas
  • Caricias
  • Cosquillas suaves
  • Masajes
  • Canciones de cuna

Estas interacciones establecen un vínculo afectivo fundamental entre padres e hijo y potencian las primeras pautas de comunicación no verbal, donde se transmite información emocional. Las canciones de cuna, en particular, ayudan a que el niño se calme y enfoque la mirada en quien le canta. Deben ir acompañadas de caricias, balanceo suave y movimiento al ritmo de la melodía, buscando el contacto visual mutuo.

Que los padres canten a sus hijos es crucial para su desarrollo auditivo y emocional. Las canciones de cuna efectivas suelen tener las siguientes características:

  • Dinámicas constantes y predecibles.
  • Voz suave.
  • Volumen constante y bajo.
  • Ritmo acorde con la letra y la melodía.

De 3 a 6 Meses: Exploración Social y Corporal

En esta etapa, aunque la interacción con los padres sigue siendo vital, el niño comienza a mostrar interés por interactuar con otras personas y objetos. Su control postural mejora, manteniéndose más erguido.

Aparecen los juegos de falda (como «palmas palmitas» o similares), que involucran las manos y el contacto físico lúdico. La suavidad, el ritmo y la expresión de alegría por parte del adulto son muy importantes. Típicamente, el adulto sienta al niño en su regazo, le toma las manos y realiza balanceos suaves al compás de canciones o rimas.

De 6 a 9 Meses: Juego Paralelo y Exploración Sensorial

Surge el juego paralelo: los niños juegan uno al lado del otro, pero cada uno se concentra en su propia actividad, sin interactuar directamente en el juego del compañero. La exploración sensorial es predominante, utilizando la boca, el tacto y el oído para descubrir el mundo.

La Panera dels Tresors (Cesto de los Tesoros)

Se introduce la panera dels tresors, una propuesta de juego ideada por Elinor Goldschmied. El niño juega con objetos cotidianos, observándolos, tocándolos y llevándoselos a la boca. Estos objetos proporcionan estímulos valiosos para su desarrollo sensorial y cognitivo, alimentando su cerebro y fomentando un crecimiento global.

Preparación:

  • Se utiliza una panera o cesto bajo, sin asas, preferiblemente de mimbre y estable.
  • Se llena con objetos de diversos materiales, evitando el plástico en la medida de lo posible, ya que muchos juguetes comerciales son de este material y limita la riqueza sensorial.

Tipos de objetos recomendados:

  • Naturales: Minerales (piedras pulidas), vegetales (piñas, calabazas secas), animales (conchas grandes, esponjas naturales).
  • Madera: Anillas, cucharas, cajas pequeñas, carretes de hilo vacíos.
  • Metálicos: Llaveros grandes, flaneras, cucharas, coladores pequeños.
  • Cristal y cerámica: Frascos pequeños y resistentes (bajo supervisión estricta), azulejos pulidos.
  • Goma y piel: Pelotas de goma natural, trozos de cuero curtido.
  • Papel y cartón: Tubos de cartón duro, cajas pequeñas.
  • Ropa y tejido: Retales de diferentes texturas (seda, lana, algodón), cintas anchas.

Estos objetos aportan información sobre formas, medidas, volúmenes, pesos, temperaturas, texturas y olores diversos.

Rol del adulto y seguridad:

  • El adulto debe observar sin intervenir directamente en la exploración del niño, garantizando un entorno seguro.
  • Los objetos deben ser cotidianos y seguros.
  • Deben poder limpiarse fácilmente para mantener la higiene.
  • No deben tener picos, zonas punzantes ni piezas pequeñas que puedan desprenderse.
  • El tamaño debe ser adecuado para evitar riesgos de ahogamiento al llevárselos a la boca.

Proceso de exploración:

Los niños exploran principalmente con la boca, descubriendo texturas, temperaturas, sabores y dureza, experimentando sensaciones agradables y otras menos agradables. También exploran con las manos, tocando y manipulando, lo que fomenta la motricidad fina. Esta actividad ofrece una amplia gama de estímulos sensoriales (tacto, gusto, olfato, oído, vista) y promueve la conciencia del propio cuerpo (propiocepción).

Para experimentar, el niño activa múltiples mecanismos corporales y sensoriales. Aunque estén en juego paralelo, pueden observarse, quitarse objetos e incluso imitar acciones simples. Los juguetes de plástico pueden empobrecer sus capacidades exploratorias al ofrecer menos variedad sensorial. Interactúan con los objetos, disfrutan de los sonidos que producen (golpeando uno contra otro), descubren nuevas posibilidades y realizan movimientos adaptados a las características del objeto. Los objetos largos y finos suelen ser más fáciles de manejar.

El primer año de vida es fundamental para la experimentación sensorial. Debemos permitir que el niño explore libremente. A través de este juego, aprenden a tomar decisiones simples, a observar a los demás y a repetir movimientos (imitación), lo cual es una poderosa forma de aprendizaje. Cada movimiento representa un nuevo aprendizaje. Antes de llevar un objeto a la boca, a menudo lo huelen, lo miran y lo tocan.

De 9 a 12 Meses: Inicio de los Juegos de Construcción

Hacia el final del primer año, emerge un tipo de juego que será fundamental en la infancia: los juegos de construcción. El niño empieza a tener la iniciativa de poner un objeto sobre otro, descubriendo que los objetos pueden apilarse verticalmente.

Experimentan con las relaciones espaciales:

  • Encajar objetos unos dentro de otros.
  • Descubrir que un objeto puede estar de pie o tumbado.
  • Organizar piezas por grupos (aunque de forma rudimentaria) según colores o tamaños.
  • Comenzar a construir torres simples al comprender la posibilidad de apilar.

El niño disfruta enormemente de la acción misma y de su capacidad para producir un efecto (apilar, encajar), por lo que repite los movimientos y las acciones una y otra vez. También empieza a coleccionar o agrupar objetos similares (cubos, anillas, pelotas) y a meter unos dentro de otros.

Este tipo de juego desarrolla:

  • La concentración.
  • La paciencia y la calma para investigar las relaciones entre piezas.
  • La coordinación óculo-manual (coordinar movimientos con la mirada).

Una parte inherente del juego de construcción a esta edad es también la destrucción (derribar la torre), lo cual forma parte del ciclo de acción y exploración.

De 12 a 18 Meses (y hasta los 24): El Juego Heurístico

Entre los 12 y los 24 meses aproximadamente, se desarrolla el juego heurístico, también propuesto por Elinor Goldschmied como continuación de la panera dels tresors. Se basa en la tendencia natural de los niños a esta edad de combinar objetos, meterlos y sacarlos de recipientes, apilarlos, etc.

Características:

  • Se realiza en sesiones regulares (sin dejar pasar muchos días entre ellas).
  • Requiere un material concreto y abundante.
  • Necesita un espacio bien preparado y delimitado.
  • Dura aproximadamente 45 minutos por sesión (aunque el tiempo de exploración activa puede ser de 20-25 minutos, según la concentración).
  • Precisa una atmósfera de calma y tranquilidad.

Este juego ayuda a estructurar el pensamiento lógico-matemático (clasificar, seriar, agrupar), el lenguaje (a través de la acción y la interacción posterior) y las habilidades sociales.

Materiales:

  • Objetos variados: Se necesitan entre 15 y 20 tipos diferentes de objetos (ej: anillas de cortina, corchos, botones grandes, esponjas naturales, pinzas de la ropa de madera, trozos de tela, cadenas gruesas, tubos de cartón, etc.), con unas 50 unidades de cada tipo.
  • Contenedores: Diversos recipientes como cilindros de cartón duro, latas metálicas (sin bordes cortantes), cajas de madera, botes de plástico robustos.
  • Bolsas de tela: Para guardar cada tipo de objeto por separado y facilitar la fase de recogida.

Fases del Juego:

  1. Exploración y Combinación: Los niños exploran libremente el material dispuesto en el suelo, combinando los objetos entre sí y con los contenedores (meter, sacar, llenar, vaciar, apilar, rodar…).
  2. Recogida: Los niños recogen el material clasificándolo en las bolsas correspondientes, con la orientación y ayuda verbal del educador/a. Esta fase es tan importante como la exploración.

Rol del Adulto:

  • Es fundamental la presencia de adultos (padres, educadores) que acompañen con una actitud de observación atenta y respetuosa, sin intervenir en la acción del niño, salvo que sea necesario por seguridad. Se recomienda la presencia de dos educadores si el grupo es numeroso.
  • El adulto prepara el material y el espacio, crea un ambiente tranquilo y observa el proceso de cada niño: su nivel de actividad, interés, iniciativa, posibles frustraciones, interacciones, etc.
  • Durante la recogida, el adulto guía verbalmente la clasificación («Los corchos van en esta bolsa», «¿Dónde van las anillas?»).

De 18 a 24 Meses: El Juego Presimbólico

En esta fase emerge el juego presimbólico, un precursor del juego simbólico propiamente dicho. Se caracteriza por la representación de acciones o situaciones muy sencillas y conocidas, a menudo relacionadas con la permanencia del objeto y la aparición/desaparición.

Ejemplos típicos:

  • Jugar a esconderse y ser encontrado (aunque sea tapándose solo la cara).
  • Juegos como el «Cucú-tras» («Ahora estoy, ahora no estoy»).
  • Juegos de dedos como los «Cinco lobitos».
  • Acciones de llenar y vaciar recipientes de forma repetitiva.
  • Simular acciones cotidianas muy básicas (ej: hacer ‘como que’ come o duerme).

El niño empieza a realizar estas representaciones de forma espontánea, a veces incluso sin la presencia o participación directa del adulto en ese preciso instante, aunque suelen ser acciones aprendidas en interacción con ellos.

De 2 a 4 Años (y hasta los 6 aprox.): El Juego Simbólico

A partir de los dos años, y con su máximo apogeo entre los 2 y los 6 años, se desarrolla plenamente el juego simbólico o de ficción. Es la capacidad de representar mentalmente objetos, personas o situaciones ausentes, utilizando un objeto como si fuera otro (un palo es un caballo, una caja es un coche) o asumiendo roles (jugar a ser mamá, papá, médico, maestra).

Características e Importancia:

  • Es la etapa de la fantasía, la imaginación y la creatividad.
  • El lenguaje juega un papel crucial, tanto para organizar el juego como para expresar ideas y emociones.
  • Los niños repiten acciones y situaciones de la vida cotidiana, lo que les ayuda a comprenderlas e integrarlas.
  • La imitación de los adultos y de otros roles es central.
  • Pone de manifiesto la creciente capacidad del niño para ponerse en el lugar del otro (inicio de la empatía).
  • Favorece la creación de grupos espontáneos donde los niños comparten ideas, negocian roles y expresan emociones.

Entorno y Materiales:

  • Es beneficioso crear espacios o rincones de juego temáticos: cocinita, disfraces, casa, médicos, tienda, construcciones, etc.
  • Proporcionar materiales sugerentes pero poco estructurados (telas, cajas, bloques) que permitan múltiples usos.
  • Ofrecer tiempo suficiente y sin interrupciones para que los niños puedan desarrollar sus tramas de juego.
  • Incluir lugares donde los niños puedan esconderse o tener cierta privacidad en su juego.

El juego simbólico es esencial para el desarrollo cognitivo, social, emocional y lingüístico del niño.

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